viernes, 23 de enero de 2015

Prólogo de Borges

Ramiro fue un escritor menor, un volumen perdido entre los volúmenes de la efímera existencia humana. No tiene nada de grandeza, y da la impresión de que tampoco la busca. Como escritor es patético, pero se sabe tan insuficiente de crear que se suicida. Y ésto nos lleva a pensar de que se sabía incapaz y miserable pero nunca lo demostró. No recurrió a grandeza, ni antepasados, ni nada. Hay tan poca importancia por sí mismo como escritor que es imposible que sea casual, debe haber deliberación. Pero no se nota, se negó toda posibilidad de ser magnífico porque pensó que si lo hacía su muerte no sería limpia y nadie podría defenderlo. Al final tuvo la valentía de los animales, de ser inmortal a fuerza de ignorar su muerte. Y para lograr ésto, tuvo que tenerla tan presente, con tanta pasión, para poder estirparla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario