lunes, 15 de junio de 2015

Premonición.

Desnudos recitamos poesía,
Mi mano abrazaba la cintura de la China,
Mientras esta me sostenía el libro
Que muy cerca de los labios de Complejos yo leía;
Tan cerquita de ellos, tan cerquita,
Que mi sonrisa llena de poesía en su boca se perdía.
Debió notarlo, la China, debió notarlo,
Porque cerró el libro, y desnudos, comenzamos a mojarnos.
Mojarse desnudo es la única forma de meterse en ciertos ríos.
Nos metimos los tres en esa música,
silenciosa y única de la poesía.
Nos metimos, si quieres, dentro del libro:
Desnudos nos metimos.
Para poder dejar salir la poesía.
Nos amamos los tres, como se aman,
Las inexplicables cosas de la vida.
Nos metimos, sí, y sin mentirnos,
Dentro del libro, sacando así los poemas:
Hay poemas que se leen con los libros cerrados.
Pero desperté, oh, amores míos, desperté.
Y no hay rayo de sol o jefa huraña que me convenza
De que una parte de mí no se quedó en el sueño,
Olvidado, como se dejan lentamente
Abandonadas
Las razones para ser feliz,
Cuando la felicidad, sin razón, llega.


No hay comentarios:

Publicar un comentario