martes, 25 de agosto de 2015

Te propongo matrimonio.

Se casan, es cierto, se casan
¡Se casan! ¡Vaya, vaya! Se casan...

Sólo espero que esta boda, represente algo más profundo que una imposición social. A diario nos dicen tanto y tantas veces qué debemos hacer y cómo debemos vivir, que sería una lástima que dos seres humanos corrompieran su libertad hasta el punto de dejar que estas imposiciones se metan dentro de su diario vivir.

Me imagino que él, debe amarla. Así que debe salvarse, defender a muerte la libertad, y en especial, respetar la distancia ¿No es muchas veces la distancia el mejor antídoto ante la comodidad, que es como todos alguna vez hemos sentido, lo que más corrompe el amor de los amantes?

Ella, debe amarlo, imagino, ¿Vas a ser sólo el espaldar en donde él se siente? ¿Vas a conformarte con ese humillante halago de la caballerosidad, que tantas veces no es más, que una opresión seductora? "Detrás de todo hombre hay una gran mujer", dicen los que saben que de la mujeres nada saben, aunque mucho opinen. Pero querida, camina junto a él, no porque debas, no por miedo a que tu estomago suene como leones del precioso África, no porque lo necesites para vivir cómoda; los amantes, cuando son genuinos, no se quieren porque se necesitan, se necesitan porque se quieren.

Ustedes dos, que hoy son él y ella, pero podrían ser él y él, o ellas, no importa, uno no elige en el amor, el amor sencillamente te toma y no puedes hacer más que perderte en sus ojos, aunque eso te haga apretar los párpados muy fuertes por miedo a que tanta belleza se te escape. El amor es infinito mientras dura, queridos míos, no tengan miedo, no se prometan una eternidad, vívanla en cada instante. Podrían jurarse amor eterno esta noche, pero, ¿díganme un sólo ser humano que haya sentido la eternidad, en algún lugar, que no sea en el instante? La promesa es muy fácil, por eso empieza a ser mentira luego de haberse dicho, pero ¿Qué tal si en vez de una eternidad de monotonía, prometemos amarnos cada día, realmente amarse? Alejándonos de tantos te amos que calzan dentro de la costumbre, te amos que parecen reflejos de un doctor que nos martillea la rodilla. No, te pregunto ¿Qué tal si cuando me dices que me amas en vez de responder, cierro los ojos, y lo siento? Lo siento como tú sientes que me robas el aliento ¿Te imaginas cómo sería la delicia de quererte?

Lo opuesto a la libertad no es el compromiso, el compromiso es lo opuesto a la pereza, por eso tanta gente le tiene miedo. Pero no yo, yo hoy te amo con la valentía de quien se atreve a cambiar las cosas cotidianas. No me llames esposo o esposa, llámame compañero. Porque más que seguirte o guiarte, yo lo que necesito es que sientas, que viéndome puedas meterte dentro de mí, y comprendas aunque sea por un instante, esta maravilla que es quererte.

Quiero casarme contigo, si aceptas, prometo cada día cuestionarme qué significa amarse. Y cada vez, que amarse signifique lo mismo que ayer, crearemos una nueva forma de sentirnos, y que esta locura de sentirte, sea mi sinónimo favorito, de esa suerte que me permitió encontrarte, y que se llama libertad.

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