miércoles, 24 de febrero de 2016

Te quería contar que tuve un día normal, pero no ordinario.

Hola, mi amor, sólo te escribo esto porque me acaban de pasar muchas cosas hermosas en el paseo de hoy, y lo único que me gusta tanto como las cosas que me pasan es tener este tiempo para compartirlo contigo. Hoy fue el primer día en meses en el que no tengo que salir abrigado. Fue cálido, como son los días que empiezan a oler a primavera. El atardecer era hermoso y eterno, y las águilas volaban con elegancia y furia. Realmente no eran águilas, pero se parecían mucho, así que prestémosles ese nombre. Sólo me interrumpieron el atardecer dos chicas muy guapas que pasaron en una camioneta muy bonita, me sentí mujer venezolana, porque en Venezuela los hombres son los que tienen los carros y las mujeres sólo se limitan a acostarse con el que tenga el mejor. Las chicas venían conversando y dejaron de hablar. Me observaron, yo estaba viendo el atardecer, y ellas tuvieron esa reacción típica en las mujeres de sentirse intimidadas pero no del todo incómodas cuando un chico las mira. Es la primera vez que las veía, viven en una casa relativamente nueva de esta zona. Sentí deseos al verlas, luego algo de miedo, y alguna inquietud posesiva, pero me di cuenta de esto, y sólo lo solté, no quise pensar en nada, ni imaginar cómo acercarme ni qué decirles, sólo eran dos niñas hermosas en un precioso atardecer. Cuando miré de nuevo el cielo, el sol hacía ver negros los últimos árboles del ocaso, y parecía el lomo un tigre, y frente a mí había un charco, y sentía como ese tigre nadaba conmigo. Mire hacía atrás y se avecinaba la luna, todo el día estuvo aquí, pero ahora era su turno de estar sola, como de costumbre, y se sacudía el sueño para vivir su noche. A lo lejos habían venados, jugando a no ser cobardes, pero un ruido los paralizó con su lúgubre forma que tienen de olvidar lo que no son. El ruido era el de un coche, algo cómico, como de carreras de fango, y venían en él las dos chicas con cascos que las hacían ver como un par de hermosos cocodrilos con melenas amarillas de oro (una tenía lentes, qué divertida imagen). Y pasaron de largo y por un instante me comparé y me sentí tan inferior y tan deseoso de tenerlas y demostrarles que no lo soy. Pero me di cuenta, y dejé de compararme, y fue suave, liberador; me regresé al atardecer, pero tuve que quitarme porque venía una estampida de pequeñas y furiosas golondrinas (ni siquiera sé cómo son las golondrinas, sólo es por darle un nombre, es decir, una sombra, a lo que pasó), que fue seguida de otra y de otra, y también vi más águilas volando en círculos con la punta de sus alas con plumitas que parecen dedos. Pero el atardecer ya no era el mismo, y al fondo se oían niños jugando. Venían de regreso los hermosos cocodrilos, la que no tenía lentes me saludó con la mano, yo también con la mano pero sólo sonreí por dentro, (no me interesa saber por qué), y siguieron. Pero luego se detuvieron, y más allá de lo que pudieron imaginar mis deseos, surgió un diálogo:

-Linda barba. 
-Siempre me lo dicen. 
-(risas pícaras y tímidas) 
-Qué odioso eres. 
-Eso también me lo dicen siempre. 
-(con aire de despedida y ternura) bobo. 
-Deberías ser más creativa, porque eso también me lo dicen mucho. 

Y simplemente bajé mis ojos y sonreí, y no sé por qué pero sentí que me veía absolutamente tierno en ese momento mientras ellas seguían en su tarde que ahora era parte de la mía. La voz molesta de mi padre sonó en mi mente llamándome tonto por no hacer algo para acostarme con ellas. Pero mi padre jamás ha comprendido que la belleza de la vida no está centrada en un punto sino repartida en todas las cosas. Y seguí mi camino, un poco contento, no lo niego, de tener tantas cosas hermosas para contarte, y de tener muchas más para callar, porque siempre -afortunadamente siempre- hay cosas que ninguna palabra puede arrancar del alma.

Las aventuras de Raga: aprendiendo a cocinar.

-Mira, siempre me decían que era raro por untar el pan de esta forma, casi todos prefieren comer el pan con un relleno adentro, pero eso me parece que casi ni se siente. -Bueno, sí, es que todo en ti es rarísimo. -Tú siempre dices que todo en mí es rarísimo, Nina, si yo quisiera hacer un restaurante lo haría de todas las salsas del mundo y todos los panes que se consigan aquí en México y todo sería al estilo que quiero. -Bueno es fácil decirlo. -Y aburrido hacerlo, pero las cosas aburridas siempre esconden cosas interesantes si uno se anima. Ya sé lo que haré, me inscribiré en un curso de cocina y recolectaré, sin que lo sepan, a los mejores cocineros para empezar en nuestro restaurante, ellos no sabrán que yo tengo algo contigo para... -Para que te puedas coger a las cocineras ¿verdad? -Además de eso, para ver quiénes son realmente y para que no te engañen o te quieran ver la cara. -Idiota, idiota, idiota, Raga idiota. Casi me expulsan de la escuela, no te creas, no es por acostarme con nadie, no es tan fácil encontrar una Méxicana guapa que no sea presa voluntaria de un narco, así que ten en cautiverio a tus celos, de todas formas yo no soy tan mujeriego, es sólo que no le digo que no a nadie, y de la casualidad de que me buscan mucho. Pero puedo pasar mucho tiempo sin tener sexo, por lo menos sin pensar en sexo, y uno sólo quiere sexo cuando lo piensa. Jamás lo he intentado, cierto, pero eso es otro tema. Lo cierto es que casi me expulsan por torpe, pero he recolectado a un buen grupo para empezar, les dije que era un nuevo restaurante, en donde podíamos poner en practica todo lo que sabíamos, y que no íbamos encontrar en otro sitio la oportunidad de empezar un trabajo sin experiencia en donde tengamos ya de antemano un equipo al que sabemos que trabajaremos bien con ellos. -¿Raga, por qué casi nunca estás en la cocina? -A la jefa no le gusta cómo cocino, tiene caracter, dice que soy muy torpe. -A veces es muy dura contigo, me pregunto si le gustas, aunque sea para que te la cojas. -Ojalá, wey, está bien buena, órale. -Chamo, siempre suenas como estúpido cuando hablas en mexicano, tiernamente estúpido, no lo tomes a mal. -Con esa forma tuya de hacerme reír cuando dices "Chamo", es imposible tomar nada de lo que dices a mal. "Raga, ven acá ahora". -Uy, suena furiosa. -Cúbreme, veré que quiere. Y Nina lanzó la puerta con rabia, le dije que tuviera cuidado, que a veces nadie descubre una mentira al menos que tratemos de ocultarla, pero ella no me escuchó, creo que mi pene le llegaba tan hondo que le obstruía los oídos desde adentro, luego de haberse agachado con ansía y hambre para casi desgarrar mi pantalon y tragarse mi pene. Disfrutando una vez más como tantas otras veces de ser mi jefa, de ser mi dueña, de obligarme, de exigirme, a hacerla mi puta, mi esclava; ser su hombre, su marido, su dueño. Mi dueña.

Preguntas: ¿Cómo crees que debo escribir?

No, no, yo no te diría jamás qué tienes que hacer o cómo tienes que escribirlo, eso sería un abuso total hacía tu libertad de autora, y si alguien, desde un profesor de literatura hasta un premio Nobel, te dice cómo escribir, debes mandarlo a la mismísima mierda, porque eso es imposible, es como decirle a alguien cómo amar. Lo único que podemos hacer es ahondar en la literatura, saber cómo es el arte de comunicar, comprenderlo juntos; no comparando conceptos sino descubriendo algo nuevo en cada discusión, y, luego de esto, es que cada quien puede hacer el arte que le nace, el sonido de su propia voz.

Correspondencia con una joven escritora.

Creo que tienes una fluidez tremenda, es casi innata, pocos escritores tienen la capacidad de hacer una poesía en prosa que te mire directamente a los ojos. Sin embargo, no lo digo como una caricia sino como una razón para que trabajes más, hay muchísimas cosas negativas en tus textos, y esto es porque eres muy joven en el aspecto negativo, me refiero a juventud literaria, un escritor debe tener una capacidad sin nombre que le permite ser a la vez joven y a la vez corregir los errores, pulirse, creo que pulirse es mejor palabra. Se ve que eres una persona que quiere expresar temas profundos porque siente cosas profundas, pero el vocabulario, el lenguaje que usas, no alcanza para lo que sientes, toda palabra es un sombra de lo que se quiere decir, jamás lo que decimos es lo que queremos decir, una vez que comprendemos esta cualidad inherente del lenguaje, entonces surge una energía creativa tremenda, una capacidad para crear una belleza que nadie, sino el que la siente, puede crear, y esa es la maravilla del lenguaje, un escritor es alguien que comunica y que comunica con una voz (o voces) que nacen de él y que lo conectan con lo verdadero. Espero haber sido lo suficiente amable y lo suficiente sincero, aunque a veces eso representa todo un reto. Si quieres o te interesa podemos ahondar más en el tema, de todas formas te estoy diciendo cosas que no me has preguntado.

lunes, 15 de febrero de 2016

Poema urgente de autoayuda.

¿Autoayuda?
                          ¿Motivación?
            ¿Quéseso?
Eso debe ser algo que usa la gente para consolarse
porque no tienen un novio tan lindo como yo.
Porque yo tengo 5 años y soy
muy lindo y muy inteligente no
como esas personas tontas que
te trataron tan feo hay que ser
muy tonto para hacerte daño porque
cada vez que alguien te hace daño no se
dacuenta que se está perdiendo el
chancecito de llenarte de alegría
tú eres linda como esa canción que se
memete ahoritamismo en el corasón
una de un señor que le dice a su novia
que cuando sean viejitos él va a seguir
queriéndola mucho, muchísimo, así como
voy a seguir queriéndote yo; mm, bueno,
no tanto como te voy a querer yo
pero igualito es muy lindo que la siga queriendo.

Además, tú ya estás casi vieja
estarías muerta si no tuvieras un niño tan
lindo que te consienta como yo
Aysí aysí me vesasí porque porque yo
también tehecho daño pero fue
poquito además fue porque tú eres muy
tonta y yo soy muy lindo;
umjú, umjú, fue poreso.

Tú no necesitas hacer nada solita tú me
tienesamí para darle cositas lindas a tu corasón
porque yo soy lindo más lindo que todos los adultos
tontos que se enamoran de ti
tontos, adultos tontos
y de los que túaveces te enamoras de ellos,
porque tú también eres adulta y eres muy tonta
pero tú no los necesitas
porque tú tienes a un niño tan lindo
pero tan lindo que soy yo.

Además, esos adultos tontos
pueden darte lo que perdiste
pero yo puedo darte
lo que jamás perderás.

Y además de lo además
no sé si te has dado cuenta
pero si cualquier adulto de tu vida se fuera
tan lejos de ti como estoy yo
jamás te harían sentir tan cerca
como te hago sentir que estoy yo

porque soy lindo, muy lindo,
un niño lindo que te da besitos muy ricos
que sólo puedo hacerte sentir yo.
Porque los niños lindos son los únicos
que quieren hasta cuando están muy tristes
sólo para que te sientas
como te quiero hacer sentir yo.

domingo, 14 de febrero de 2016

El señor Raga y el oficio de ser libre.

Allí estaba ella en ese café, con él; ahora que podía verlo no le tenía tanto miedo, es más fácil temerle a lo desconocido, o, si acaso, es lo único a lo que es posible temerle. De hecho, creo que estoy equivocado, no es a lo desconocido lo que uno le teme, pues, no lo conocemos, realmente le tememos a lo que imaginamos que es lo desconocido, y como toda imaginación, es un producto del pasado, porque la cara que le puse a este tipo era, como en los sueños, una mezcla de rostro del pasado, tal vez rostros que en algún momento me dieron miedo. Además de eso lo imaginaba con los defectos de su profesión: la fanfarronería. Aunque honestamente creo que todo estudiante universitario hoy en día es un fanfarrón, y si disimula no serlo, es por esa hipocresía de la modestia, que nos hace sentir orgullosos de nuestra humildad. Vaya disparate.

Pero ahí estaba él, con ella. Y me imaginé sentado con ellos, no me importaba si él la abrazaba o la besaba frente a mí. Sí podía hacerme sentir incómodo, pero no porque lo hiciera sino porque me lo estaba imaginado haciéndolo. Pero cualquiera que me haya leído puede haberse dado cuenta, junto conmigo, que la única manera de acabar con el miedo es colmándote de él, sin resistirte, porque toda acción producto del miedo, es más miedo. Entonces vería cómo la besa y trataría de comprenderlos, comprenderla, comprenderlo. De todas formas, ellos están juntos desde antes de que yo la conociera a ella, pero, importa muy poco, porque el problema no está en ellos sino en lo que sea que me hace creer que ella es mía o de él. Todos somos víctimas de este condicionamiento que nos deja de hacer seres vivos para ser objetos, y amos. Tontos.

Pero seguí, de todas formas yo andaba acompañado con alguien, no les negaré que toda esta puesta en escena no era producto de la casualidad sino de una necesidad mía por dejar de imaginar y empezar a vivir. Entonces esa chica que me acompañaba veía las nubes conmigo, y ella -la que estaba con él y no conmigo- nos observaba viendo las nubes, seguramente sintiendo algo, tal vez envidia, tal vez belleza. Sólo ella sabe, aunque, como la conozco, probablemente no supiera lo que sentía, sólo lo sentía, y en eso radica su belleza.

No era difícil para mí no verlos a ellos, yo sabía que ahí estaban, eso era suficiente. Y, además, yo no fingía; yo no fui hasta ese sitio para pretender vivir y que ellos me vean, fui allí porque quería vivir, y quería que me vieran, y saberlos ahí.

Fue una hermosa plática con esa chica, me hizo mucho bien, comprendí que era inútil compararme con ese otro hombre, o con ella. Si ellos querían compararse conmigo, allá ellos, yo no quería, yo me sentía bien cantando con mi compañera, hablándole de lo hermosísimas de las letras de las canciones que cantaba -mal- y además, de lo hermosísima que es Mercedes Sosa.

Era evidente que empezó a recorrer sobre mí, junto a las miradas de ella, la que andaba con él, un sentimiento de saber que ella pensaba en lo hermoso que es estar conmigo. Porque estar conmigo es muy hermoso, no porque lo diga, sino porque lo es. Así como es hermoso estar con cualquiera que realmente se interese por ti, por conectarse contigo, por besarte los ojos al llenarte de vida, su vida, de la única forma posible: bajo una entrega completa. Y estas cosas todas son bellas, no por mí, sino porque lo son. Sólo hablo de mí por cuestiones de lenguaje, pero realmente yo no soy eso, sino que soy la belleza que soy capaz de ver y de vivir mientras la veo, verla más allá de mí, ser ella cuando la veo.

Pensaba en tantas mujeres con las que he estado, pensaba también en cuántos al leer mi pensamiento me llamarían pansexual, pero el sexo no lo veo como una cosa de categorías, el sexo es sexo, eso es todo, quien quiera ver amor o categorías en él, seguramente le da una importancia exagerada, no la que corresponde. Lo ve como el centro de todas las cosas, y no como una parte del todo. Además de que también está la tendencia a calificarme de asexual, porque a pesar de que las relaciones sexuales son una cosa bastante frecuente en lo que solemos llamar como "mi vida", que es nuestra rutina, o pasado, yo no me siento parte de lo que he sido, yo soy lo que soy ahora, está emoción que les entra por los ojos, y cualquier otra cosa que haya sido, incluyendo el proceso de escribir esto, al momento de ustedes leerme, tiene poca importancia. A pesar de la frecuencia con la que podríamos decir que tengo sexo, no es frecuencia en lo absoluto, porque no forma parte de una rutina de ejercicios llamada sexo, o una droga que consumo con cierta asiduidad, como suele ser para casi todo el mundo. El sexo para mí es algo siempre nuevo, y siempre inesperado. Y no diría que es fácil de conseguir, porque no lo busco, sino que es fácil de que pase, de que florezca como está por pasar en unos minutos, cuando le diga a mi compañera lo que sentía al ver las nubes, lo que siento al ver sus ojos. Y todo eso es sincero, y por lo tanto no voy a describirlo para ustedes, porque sería de mal gusto al menos que sea falso.

Pienso en lo tonto que es medirme, no es fascinante estar conmigo porque me midas con ese tipo que está sentado contigo tomando café como tantas otras veces desde mucho tiempo antes de que tu vida y la mía formaran a ser algo más que lo que tú y yo somos, ese algo que sólo existe cuando estamos juntos. No, es fascinante, por el simple hecho de que la alegría es mi forma de vivir, y no un resultado de mis vivencias, y mucho menos una mentira en la cuál creer cuando me aterre lo que vivo. Si tengo miedo: tengo miedo, y lo acepto, como en el primer párrafo, y es sólo al aceptarlo que empiezo a comprenderme a mí mismo, porque yo soy mis miedos, no ustedes dos, hermosa pareja que está por irse a tener ese desenfrenado sexo que tienen esperando desde hace más de una semana porque tenías la regla. Semana que yo disfruté muchísimo contigo, porque se me suele olvidar todo lo que no puedo tener, por lo menos cuando no puedo tenerlo, afortunadamente.

Yo podría hasta tener sexo con ustedes, es más, hasta mi compañera podría venir, sería divertido, incluso diplomático. Pero no, eso no va a pasar, la verdad hasta podría tener sexo yo solo con él, para descartar todo tipo de visión de ti como un objeto, podría sujetar sus manos mucho más ásperas que las mías, y besar sus labios mucho más enormes que los tuyos. Y cantarle canciones de Mercedes al oído, mal, y hacerlo sentir amado, porque lo es, al igual que todo lo que pasa por mi vida y se deja amar. Pero no, eso no va a pasar.

Esa es la historia de mi vida, amar en libertad a las personas (pero que tonterías digo, la libertad es la única forma de amar a las personas), llevarlas hasta el borde del abismo, y con un dolor inevitable, verlas como se quedan en el límite, en ese precipicio que jamás sabrán saltar, porque todo su pasado, todas sus costumbres y creencias, los definen. Pero yo soy libre (soy la libertad, poner el "soy"antes, es corromperla), difícilmente vuelva ustedes, excepto por esos reencuentros que producen las canciones.

viernes, 5 de febrero de 2016

Homenaje a un atardecer amarillo.

                                                                                                         Para Violeta y Natalia



  OBSERVO un charco, mucho más hermoso, por supuesto, que cualquier imagen que pueda traer a la memoria esa palabra. El charco realmente era nieve, nieve luego de días de frío sol y neblinas lluviosas.

Debajo del charco helado, se encontraban, como respirando, las hojas de hierba, y al mismo tiempo que podía ver su inmóvil color verdoso sumergido, se reflejaban, en los espejos del charco, los árboles desnudos ante el precioso atardecer, del que era tan parte, que ni siquiera era testigo.

¿No es acaso así como tú y yo nos encontramos? Tan lejos y tan cerca, como dentro del otro pero sin poder tocarnos. Debe haber quienes piensan en ti cuando ven tu foto, o cuando escuchan un sonido casualmente idéntico a tu nombre. Pero yo pienso en ti cuando veo atardeceres, en ese cruel momento, en el que dejo de ser tan parte de todo, que empiezo a ser testigo, (¡Oh, testigos!), de está distancia, que sólo existe cuando la mido; cuando no me doy cuenta, de que la belleza no es, estar tan lejos y tan cerca, sino estar tanto,que no estamos, sólo somos. Sólo eso, así de simple, mi dulce pedacito de atardecer, que me calientas cada instante.

jueves, 4 de febrero de 2016

Conferencia a unos estudiantes de ingeniería en Bucaramanga.

(Conferencia sobre el libro de Sabato: "La resistencia".)

He estado pensando mucho en cómo hacer, de estos temas profundos, algo interesante para ustedes. Pero, lamentablemente, lo que le da tanta vigencia a las palabras de Sabato, es que en estos momentos, muchos de ustedes no deben estar prestándome toda la atención que pueden.

(en este momento observa a todos, incluyendo al profesor, cuidadosamente, dejando un silencio para asimilar las palabras...)

¿Qué es la atención? me preguntaba esto mientras me esforzaba en encontrar las palabras correctas para producir un efecto en ustedes que los hiciera desear ser parte del cambio. Pero, si ustedes realmente estuviesen atentos, interesados, nadie tendría que venir aquí a convencerlos de que es importante cambiar, porque cualquier persona atenta a la gravedad de los problemas que padece el mundo, no puede hacer otra cosa que cambiar; cambiar no en algo que se quede en simples palabras para publicar en redes sociales cuando veamos algo emotivo en las noticias, sino un cambio real, uno que ocurra inmediatamente. Como el cambio que ocurre ahora en ustedes si realmente están profundamente atentos a lo que les digo.

Son ustedes, los que estudian ciencias, quienes forman parte de tal vez el único avance que ha tenido la humanidad en siglos: el técnico, el tecnológico. Pero, lamentablemente, desde niños, no nos enseñan a ser atentos, sino obedientes, y toda mente que se vuelve obediente se vuelve también inevitablemente estúpida. Aunque crea estar obedeciendo a la causa que "salvará al mundo", no debemos engañarnos, sin erradicar la estupidez humana, no tiene sentido que se hable de cambiar al mundo; sólo la inteligencia puede salvarnos, y hablo de la inteligencia real, la que forma parte de la vida y del amor, y no la inteligencia de saber más conceptos que los demás para sentirnos mejores, insondablemente vacíos, pero mejores.

A este punto se ha degradado la educación: a aprender conceptos, es decir, lo que llamamos inteligencia o ingenio, es simplemente nuestra capacidad de memorizar respuestas dichas por otros, y en usarlas como otros nos dicen que deben usarse.

¿Cuál es la diferencia entre memoria, atención y concentración? Es muy fácil, una persona puede tener conocimientos técnicos muy bastos, y aún así, ser inmoral, ser hipócrita y corrupto. Gran parte de los nazis, al igual que toda la Alemania de esa época, eran tremendamente inteligentes e intelectuales; y la inteligencia real no puede ser reducida a algo tan pobre como esa amoralidad de la ciencia que termina muchas veces siendo un cómplice de tantas cosas atroces que ocurren, a fuerza de ser indiferente ante ellas.

Con lo que se gasta en armas, en drogas, en la industria del entretenimiento y en instituciones religiosas, el hecho de que siga habiendo hambre en el mundo resulta un insulto para nuestra especie, y en especial, un sinonimo de esta peligrosa estupidez con la que nos afrontamos a diario, y de la que muchos, formamos parte.

Se nos enseña en la escuela a aprender conceptos, pero no a estar atentos. La concentración significa fijarse solamente en una parte de la realidad, y fijarse para un fin preciso; de la misma forma que muchos de ustedes dejan de prestar atención a todo lo que ocurre en esta aula de clases, para prestarle atención a una sola cosa: su teléfono, con el fin de mentirle a una chica y luego conseguir sexo con ella ¿no es así? ¿no es eso a lo que nuestra generación tan mediocre llama amarse? ¿o me equivoco? O también cuando venimos, memorizamos formulas, para pasar exámenes, mientras somos indiferentes a toda la vasta realidad que nos rodea, esa vasta realidad que es la vida.

Otro ejemplo ocurre cuando nos relacionamos con los otros ¿qué tan atento somos? ¿qué tanto escuchamos? ¿Realmente somos concientes de lo que ocurre a nuestro alrededor? ¿de las personas a las que nos encontramos a diario? ¿o simplemente andamos en modo automático enfrascados en nuestras rutinas absurdas? Rutinas absurdas que queremos justificar pensando en los beneficios que nos pueden traer: graduarnos, no ser pobres, triunfar y todas esas cosas que buscamos para refugiarnos del miedo que sentimos todos, el miedo al fracaso, el miedo a no ser nadie.

¿Alguna vez han pensado que eso que ocurre mientras están muy ocupados en su teléfono huyéndole a la soledad, es la vida? ¿Alguna vez han pensado que nada que valga la pena puede conseguirse con el dinero? Con dinero pueden comprar una flor, pero no la primavera.

Cuándo están hablando con personas, y prefieren ver el teléfono ¿por qué lo hacen? ¿por qué la persona en el teléfono les resulta más interesante? Es curioso, porque pareciese que cuando hablamos con alguien por teléfono, solemos idealizar a esa persona, en redes sociales todo es ficticio, todos muestran lo que quieren que sea conocido, es decir, el noventa por ciento de lo que somos lo ocultamos en redes sociales ¿será acaso que tanto afán por perder el tiempo en hablar con personas que no son más que una idealización, una imagen o un personaje, no es más que una evidencia de que no estamos atentos a la realidad? Sólo cuando estamos atentos podemos ver la belleza, cuando nos mentimos a nosotros mismos ¿eso es realmente bello? ¿qué sentido tiene vivir si uno tiene que mentir para ser bello? Tal vez nada de eso es la belleza, pero sólo estando atentos lo descubriremos.

Parte dos:

Si yo fuese profesor en este mundo, ¿qué podría hacer para no promover más esta estupidez que nos acompaña desde que nos la enseñan y no se nos quita ni con un título de ingenieros o de lo que sea? Pues, sin duda, hablar de la atención. Si simplemente venimos aquí a aprender conceptos de física o matemática ¿eso de qué sirve? No digo que eso no se deba enseñar, pero debe haber algo más que un concepto vacío, debe haber algo más para vivir que esta monótona competencia entre unos y otros que nos hace destruirnos.

Si alguno de ustedes prefiriese ahora mismo, ver el sol o las nubes o una mosca, antes que escucharme, yo me sentaría junto a ustedes, y con ustedes observaría todo lo que ocurre en ese árbol que ven, en esa flor, porque cuando hay atención no hay es fuerzo, sólo hay esfuerzo cuando hay concentración, al igual que sólo se necesita motivación cuando se tiene que hacer algo que uno detesta.

¿A alguno de ustedes les pasa que tratan de estudiar y enseguida su mente los dispara a imágenes y recuerdos o a ganas de meterse en internet para satisfacer su aburrimiento? Esa satisfacción de aburrimiento que parece ser el centro de la existencia del mundo moderno, junto al sexo y el fútbol, o las drogas, por lo menos en Colombia.

¿Qué ocurre cuando nos concentramos? ¿no ocurre que concentrarse requiere esfuerzo, requiere una lucha contra nosotros mismos y nuestros deseos a la que siempre, hasta creyendo que ganamos, terminamos perdiendo?

Pero, ¿qué pasa cuando somos atentos? cuando nuestra mente es libre de ser guiada incluso por mí que les estoy hablando ahora; cuando estamos profundamente atentos no hay esfuerzo, todo nace y surge de forma natural, podemos observar los momentos de nuestra vida diaria y encontrar en ellas cosas maravillosas. No es necesario creer en el amor y en la inteligencia, uno sólo puede creer en cosas que no existen, como Dios, y las promesas, las esperanzas, y todas esas cosas...

Ya no hay tiempo de ir más allá, con este tiempo tan corto sólo se podía hablar muy poco, sólo se podía abrir una puerta, y esa es la de la atención, y espero que estén atentos, por lo menos hoy, a todas las cosas que pasan, a todos los problemas que pueden solucionar, a todas las cosas importantes que puedan hacer.





Poema para una sola mujer.

ME GUSTA una mujer
que lee y escribe
que canta
que ama y se desnuda
que es ella, y a bien o mal
no se contradice
es mujer
es canción
es flor

ME GUSTA una mujer
que es simple
una flor salvaje
no puede ser rebelde
porque no es domable
no puede ser sumisa
porque no necesita a nadie
es libre

ME GUSTA una mujer
que no envejece
porque no tiene miedo
no se corrompe
porque no prostituye su amor
para cumplir sus sueños
una mujer, tan simple como eso

ME GUSTA una mujer
que muere tanto
que parece vida
una mujer que ni gana ni pierde
porque es una mujer tan única
que no compite
ni consigo misma

ME GUSTA una mujer
que ama demasiado
como para amar lo suficiente
no es débil ante la idea de perder mi cuerpo
ni ante la idea de poseer el cuerpo de nadie

ME GUSTA una mujer
que no es fiel
porque no se desnuda por promesas;
tiene cuerpo de flor
y se entrega como la primavera

ME GUSTA una mujer
que no espera que sea hombre
ni que le escriba poemas
esperar es limitarse
y con ella puedo ser
nuevo en cada instante

ME GUSTA una mujer
y no necesito idealizarla
las horas junto a ella no terminan
ni siquiera cuando ella no está:
la distancia es el miedo a no regresar

ME GUSTAS, mujer
¿de verdad existes?
¿cómo existir, si juntos,
somos una misma cosa?
eres parte de mí:
nos uno la misma libertad.