martes, 31 de octubre de 2017

La nena de papi

Brenda despertaba entre sueños, con su delgado cuerpo sobre el mío, y contemplaba los rasgos de su rostro que la hacían tan única, como una piedra extraña y preciosa.

La literatura está llena de historias de hombres con mujeres bastante jóvenes, desde Gabo hasta Allan Poe, pasando por Julieta y su Romeo.

Me he estado preguntando qué es la pedofilía, porque en mi mente es un abuso sexual a un niño, una criatura indefensa e inocente, sin un cuerpo desarrollado para empezar a tener sexo y sin poder protegerse. Es algo que sólo una persona pervertida podría disfrutar, y con pervertida me refiero al interés sexual por una criatura que ni siquiera está lista para empezar una vida sexual.

Por otra parte, observo a Brenda mientras está hablándome entre dormida acerca de sus sueños, pues tiene tanta urgencia por contarmelos que no se espera a despertarse; y en sueños su acento es mucho más marcado, porque en sueños es la niña que nunca ha dejado de ser.

Brenda es una niña cuando está conmigo, tiene cuerpo de mujer, pequeña, tierna, contrasta deliciosamente con mis músculos, mi barba y mi melena. Adoro tratarla como niña, y ella lo adora mucho más que yo. Ella es mayor de edad, pero ¿qué si no lo fuera? ¿Qué si tuviera 17 o 16? con sus deseos a flor de piel, estallando ante la fuerza y seguridad que le brinda a Brenda un hombre que no quiere más que cuidarla, protegerla, consentirla y llenarla de ternura.

A veces escribo poemas para Brenda, y algunos de mis lectores se sienten perturbados. En ellos le digo que es una niña, que le quiero hacer el amor, que se bañe para mí, que se vista para mí, que se siente en las piernas de papi. Y a mucha gente le perturba porque le excita. A qué mujer no le gusta sentirse protegida por un hombre, sentir su fuerza, esa seguridad y protección que les da rienda suelta a sentirse tiernas, niñas, y amadas.

Ahora Brenda ríe en sueños, como si pudiera sentir mis pensamientos. Así es nuestra conexión, es tan profunda que a veces parece que nuestras mentes se pueden conectar, leerse y sentirse, sin pronunciar palabras.

Me gustaría saber a qué hombre no le encataría proteger a una mujer, cuidarla, tener un sueño al cual conseguir, y ver a Brenda siendo su mayor admiradora, uno nunca se ve tan bien como en el espejo que son los ojos de una mujer que te adora como una niña. O ver a Brenda alcanzar sus sueños, y decirle que papi está tan orgulloso, que la admira tanto y tanto.

Tal vez no hay muchos hombres así, pero es lo que soy yo, me encanta cuidar y proteger, dejar a Brenda venir a mí mientras yo leo, o escribo, o me siento en mi sillón de pensar y ella llega a mis piernas para decirme algo inteligente y hacerme sentir tan orgulloso de ser su papi y que sea sólo mía. Porque ninguna mujer quiere pertenecer a nadie, hasta que conoce a un verdadero hombre, uno admirable; en ese momento, si él no la quisiese sólo suya, ella se sentiría ofendida, insegura de sí, e insegura de él.

Brenda quiere ser más y más mía a medida de que se da cuenta de que no soy celoso, de que hago las cosas mejores que sus pretendientes, que no soy débil, que no me desespero, ni soy violento porque no tengo miedo, y uno sólo es violento cuando no tiene el coraje de ser libre y vulnerable.

A Brenda le excita tanto cuando otra mujer está derretida a mis pies, siente que hizo una buena decisión, y a veces en sueños tiene fantasías en donde hago mías a todas sus amigas para que se den cuenta de que ella pudo conseguir a un hombre que hace ver como niños a todo el historial amoroso de sus amigas, y al suyo propio.

Qué podemos hacer si el instinto es así, y nos excita, aunque no se parezca a lo que nos enseñaron a creer que estaba mal o estaba bien.

Los días favoritos de Brenda son aquellos en donde vengo de estar con otra, porque se lo digo, y luego la penetro salvajemente. Nunca he visto a una mujer tan excitada como a aquella que sabes que vienes de cogerte a otra y aún así te produce tanto, tanto deseo, que puedes cogertela con fervor a pesar de ya haber cogido antes. Es como si eso le hiciera sentir que encontró al hombre perfecto, el que no se castra por miedo a perderla, el que sigue siendo hombre cazador, y ella, sigue siendo su presa, sin importar el paso del tiempo.

Puede que estas cosas vayan en contra de lo que todo el mundo dice que es correcto, pero nadie me enseñó esto, lo he descubierto, es primitivo e instintivo, y te quema ahí, en donde arden los poemas.

Ahora es hora de irme, y Brenda no quiere que me vaya, pero ella sabe que papi es un hombre que siempre va tras sus sueños.

Y eso le gusta, y eso le encanta.

miércoles, 18 de octubre de 2017

Cinco formas de ser más interesante por mensajes de texto.

Voy a compartirles diez cosas que pueden ayudarles a comunicar mejor lo que quieren expresar por mensajes de texto para despertar el interés de las personas con quienes están hablando. Les recomendaría empezar a usarlos, no sólo con personas con las que necesiten hablar, o con esa persona que tanto les gusta, porque si no los ponen en practica hasta el punto en el que se les dé de forma natural, van a volver a sus viejos hábitos de escritura aburrida que hace que los otros pierdan el interés en ustedes.

Estos diez puntos no son tanto una regla de qué escribir, prefiero que lo vean como una regla de cómo no escribir. De cómo eliminar los malos hábitos a la hora de expresarse textualmente, y aquí vamos.

1) Sé directo. Trata de evitar usar los signos de interrogación, de hacer preguntas que parezcan una demanda en vez de una petición. Voy a dar dos ejemplos.

A) Quiero saber de ti.

B) ¿Me dejas conocerte mejos?

Para todos queda claro que va a ser más fácil dejar en visto al ejemplo B, simplemente porque los seres humanos respondemos a la voz de mando y autoridad, y vemos débil a una voz demasiado gentil y con miedo al rechazo.

2) Es aquí donde la mayoría de la gente pierde todos sus puntos:

NO LE ESCRIBAS A QUIEN NO TE HA RESPONDIDO. Hay una enorme cantidad de razones por las que una persona puede no responder un mensaje, no las presiones, esa persona puede estar ocupada o simplemente no tan interesada en ti, y ambas cosas están bien, porque si una persona no siente interés en ti, lo mejor que puede hacer es no pretender que lo tiene. Es realmente maravilloso hablar con alguien a quien le interesa escucharnos, ser pareja o amante de quien nos admira, y si te desesperas porque alguien no te responde los mensajes, vas a hacerle sentir a esa persona que tú no tienes nada admirable, y además, que no tienes nada mejor que hacer. La mejor manera de cambiar este hábito, es eliminando la poco saludable costumbre de sentarnos a esperar que nos respondan. Los mensajes NO son una conversación, los mensajes son muy fáciles de malinterpretar, si la persona con la que hablas está muy lejos, es mejor llamarla, si no está tan lejos, usa los mensajes sólo para organizar una salida con esa persona. Y esto sólo va a cambiar cuando trabajes primero en tu vida, mientras menos interesante sea tu vida, más vas a necesitar la atención de otros. Haz que tu vida sea interesantísima con o sin personas, y entonces más personas van a sentir deseos de estar en ella.

Una buena forma de evitar esta necesidad porque te respondan, es ponerte a hacer otra cosa luego de mandar el mensaje, de esa forma, sea cuál sea la respuesta de esa persona, no va a molestarte. Los mensajes que nos irritan son aquellos que nos decepcionan, no tengas expectativas al leer mensajes, eso demuestra que tu vida es miserable y necesitas de otros para escapar de ella. Y si te sientas a esperar que te respondan, vas a tener expectativas; así que no esperes, y déjale saber a la otra persona que es importante debido a que tomas tiempo de tu interesante vida para compartir con ella.

3) Esto tiene que ver con lo anterior, NO SEAS NEEDY, una persona needy o desesperada, es alguien que tiene miedo al rechazo o al abandono, es una persona peligrosa, y así lo sienten los otros. Si alguien no te responde, dale las gracias, es una forma bien clara de dejarte saber que no tienes que perder tu tiempo con esa persona. A partir de ahora tu tiempo es valioso, y vas a empezar a comportarte como si lo fuese, hasta que realmente empiece a serlo.

O puede que simplemente la persona no tiene tiempo para eso, y volvemos al punto uno y dos: sé directo, organiza una cita, y despegate del teléfono. Si no tienes noticias de esa persona, maravilloso, ya te liberaste desde el comienzo de alguien que no te encuentra interesante.

Si tienes problemas con esto, entonces ponte la regla de no reescribir hasta dentro de una semana, aunque la verdad, yo prefiero borrar el número, y así cuando esa persona te reescribe -si es que lo hace-, le preguntas, "Disculpa, ¿quién eres?", y créeme, si haces eso, las personas ya no te van a ver como nada menos que como un desafío. Y todos aman ir detrás de un desafío.

4) Deja que la otra persona hable, aunque te pregunte por ti, trata siempre que los otros hablen de sí mismos. No nos interesamos por nadie como por aquellos que se interesan en nosotros mismos. No tienes que ser Victor Hugo Raga y haber leído cientos de libros para ser una persona interesante, para ser interesante simplemente debes interesarte por los demás. Hay quienes escuchan a otros y quienes sólo esperan su turno para hablar, y créeme, a nadie le interesa hablar con alguien que no sabe escuchar.

5) No estés disponible todo el tiempo, deja a las personas con ganas de saber más de ti, de hablar más contigo. No tienes que continuar una conversación obligatoriamente, debes dejar espacio para que los otros piensen en ti, para que te extrañen, para que te deseen, para que hablen de sus amigos de ti. Trata de ser tú quién deje en visto, déjale saber a la otra persona que eres fuerte y confiable y que hace falta más que un "visto", para quebrar tu fuerza. Vas a conocer a muchas personas que pongan sutilmente a prueba tu fuerza, en especial las mujeres, ellas necesitan hacerlo porque así descartan a los chicos inseguros y débiles, que por lo general son los más agresivos y maltratadores. Siéntete halagado cuando una mujer pruebe tu fuerza, ninguna mujer desafía a un hombre al menos que ella piense que es uno de los hombres más interesantes que ha conocido.

Eso es suficiente para una entrada del blog, si quieres más textos así, puedes escribirme, y haré algún escrito referente al tema de tu interés.

-Victor Hugo Raga, miércoles 18 de octubre del 2017, en algún lugar del bosque.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Los únicos felices: no eramos nosotros.

Por Jessica Raga

  Esperaban como impacientes, el sol les burlaba los rostros, los únicos felices eran los abejorros.

Comienzo esto sin dejar de ver el azul más allá de todo esto.

Esto, la manera en que Venezuela desvaría y se resquebraja en sus habitantes.

El día es precioso, al menos para nosotros los de las sombras, es decir, quienes esperamos del lado techado de este edificio. Ahora, para aquellos bajo el sol perlado, bueno, el día es simplemente otro día en Venezuela.

Decidí pasarme por aquí como para distraer a los bostezos que se asomaban en mi rostro. Llevo despierta desde las seis de la mañana, cosa no tan grave, cosa natural estos días de clases, pero aun así cosa que da sueño cuando son las 12 del mediodía y mi libro decide tomarse el día libre olvidado en mi escritorio.

Venezuela en todo su esplendor, y me refiero al camino verdoso que tomé para llegar aquí, repetí Bonjour un par de veces, porque los árboles saludaban y una hoja me caía en la frente. No me importa ser pequeña cuando se trata de caminar bajo las arboledas.

Finalmente, aquí, una persona tras otra, un sueño frustrado tras otro, un repugnante olor tras otro… Ahora sí, Venezuela.

Las personas son algo fascinante, cada facción que conforma el rostro, la mirada que desvía un ojo tras otro, el tono labial de cada voz, las risas anonadantes, los cuerpos: víctimas de los años. Tienen una maldad genuina al reírse de las caídas y una ternura inmensa al comer chocolate.

Todo esto lo pienso y ninguna de estas personas parece inmiscuirse en mi presencia, cosa que agradezco más allá de esa peculiar mirada que me dieron esas dos mujeres de nubes polvorientas (azul rebosando el parpado de los ojos).

Espero, la sombra acoge y extiende historias que luego les contare, por ahora, un niño llora. La madre es joven, está agotada.

Una pareja se llena de besos, se succionan hasta la respiración, el hombre miró de reojo a una mujer que pasó.

Han sido treinta minutos, ahora hay muchas más personas, el sol se ríe a carcajadas. Si tan solo aprendiéramos a reírnos en conjunto.

Al fin los minutos transcurren junto con los pasos, entro, me siento en una mesa, me pregunto si mi naranja será agria o dulce.

Cuatro jóvenes se sientan, pérfidos, alegres y repugnantes: han robado platos y comida.

Miraban como agujeros, las paredes gritaban despavoridas, ¡huyan! –decían los abejorros.

    Las mandíbulas se abrieron, unos a otros se comieron.

Cuatro en mi mesa pasaron a ser uno: una inmensa masa de comida putrefacta, con rostro ininteligible.

Otros rostros agraciados transmutaron a exagerados labios que reventaban de labial y vanidad.

Unos a otros se arrojaban comida y pasta dental, reían como en pesadillas, pisoteaban el dinero, mendigaban por otra moneda.

El niño huyo llorando con las ropas desgarradas, otros no corrieron con la misma suerte, robaban a bolsillos ya sin portador.

Divina comedia humana, dejé mi naranja, Venezuela se desborda.

Lloraban en silencio, ni las nubes acogían, los abejorros preguntaron a donde se fue la valentía.

Unos a otros se aniquilan, unos a otros se empecinan, ¿es la hambruna, la desesperación, el miedo?

Yo solo veo como se destrozan, robando bocados, jugando con la injusta balanza del dinero.

Venezuela ha transmutado, Venezuela ya no será la misma, Venezuela esta corrupta.

No soy nacionalista. Todo nacionalismo es egoísmo. Qué ha hecho el nacionalismo sino destruir cordilleras, llevar sequia a lagos, partidos políticos a la riqueza.

Vivo en Venezuela y soy testigo de esta comedia humana. Ya no se habla sino de cómo aprovecharse de otro, cómo ganar a otro. Estamos corruptos, estamos deshechos. Somos venezolanos.