domingo, 10 de diciembre de 2017

Niñas tristes

Hoy visitamos a la madre de Alfredo y amiga de Mamá.
La tarde fue fría como en revancha al caluroso día que arrebató las energías.
La señora María nos recibió a verdor –¡tiene tantas plantas!– y con un café que sonaba a sonatina, pues tomé una cucharadita y dándole vueltas en el pocillo de cerámica, así sonaba, sonaba a sonatina el café con el azúcar, bailando y haciéndose un solo sabor y aroma –quiero que seas mi aroma y mi sabor– entonces la conversación se tornó mas seria pues hasta entonces tocabamos temas de importancia diaria y ánimo, pero ahora fue sobre la importancia de la niñez, es la señora María terapeuta y llena, y fue a impartir alivio a un preescolar y es que en el preescolar reinaba el odio, y entonces es que se comprende como el mundo se descarrila.
El hecho fue que era una tarde y todos niños y niñas de 4-5 años, se hacían juegos y sonidos, se promovía el afecto y los abrazos, pero una niña nada decía o abrazaba y aislada a un rincón del preescolar se quedaba sola, era rechazada a acuerdo general. La señora María lo nota y actúa, y todas las niñas deben abrazar a esa soledad bella –decía ella que la niña era de gran ternura– pero ninguna quería y una pronunció fuertemente “Yo no la abrazo, yo la o d i o” así que la señora María preguntó que ocurría y habló con la maestra y todos abrazaron a la niña que aún brotaba lágrimas por el rechazo de la niña que gritó todo su desprecio, y no comprendía, ella sólo sabía que no era querida. La maestra luego dijo que la niña solita era de recursos lamentables, y por eso la denigraban, causando así el daño que sólo la señora María pudo advertir. Y luego explicaba ella que todo vive y crece a partir de la niñez, que los niños abandonados pasaran factura en la adolescencia, así aislándose y cediendo a la tristeza, pensé entonces en mi propia niñez y en las razones que luego fomentaron mi soledad, pensé en nuestras conversaciones, en tus colores a mi vida, y en preescolar, incluso con tu llegada coloreaste mi preescolar.
Lo cierto es que ya me desvié mucho del tema pero quería contarte esto desde que llegué pues esa niña en el rincón y luego otra de un caso distinto donde los padres peleaban por ella, pues divorciados uno la jalaba y otro la arrebataba, ella era una niña tristísima y tan linda, pero nuevamente tan triste.
Pensaba en lo primordial de esos años, en la importancia de los profesores encargados de esos niños que comienzan y consideré ir a un preescolar para obserbar y ayudar pues en la mayoría de los casos –tristemente– sólo ven sin mirar y si alguien es dejado solo así queda sin averiguar o ayudar y entonces en la adolescencia todo lo demás y como agregado enseñan sin quererlo a los demás niños que luego está bien repetir el patrón y discriminar, hacer daño.
En fin, nuevamente lamento el desvío pero aún pensaba en ello.

-Jeca

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